Mi hermana
siempre pequeña llegó a casa cuando nadie la esperaba.
A mi
hermana le agradaba mi novio porque la hacia reir y jugaba con ella y cuando se
fue a la mili le escribía cartas que yo enviaba con las mías.
Se quedó
muy pronto sola con mis padres, porque los mayores empezamos nuestra vida
aparte, pero yo iba todos los meses a verla y la llevaba los vestidos que mi
madre me encargaba que hiciese y que me encantaba diseñar y coser para ella.
Pasado el
tiempo, era ella la que venía a verme a casa de vez en cuando y uno de esos días,
hablando, me pregunta si quiero hacer su vestido de novia y entonces yo, como
quien no entiende nada, la pregunto: Pero… ¿cómo te vas a casar? No puedes
casarte todavía…Si eres mi hermana pequeña.
Hoy he ido a verla y junto a ella hay una niña
igualita, igualita a mi hermana siempre pequeña.
-Begoña Sánchez-
-Begoña Sánchez-
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